Tras la reciente finalización de la décima cuarta reunión del Comité de Clasificación para el 18avo proceso, 74 especies fueron sometidas a consulta para evaluar su estado actual de conservación. Entre ellas 25 pertenecientes al Reino de las Plantas, dos árboles, siete arbustos y dieciséis herbáceas. Destacando entre ellas 3 especies poco conocidas del centro norte y centro sur de Chile: Plectocephalus formosus (Ravenna) Penneck. & Gl. Rojas especie en Peligro (EN), Selkirkia limense (Willd.) Holstein & Weigend especie en Peligro (EN), Vestia foetida Hoffmanns especie Vulnerable (VU).
Plectocephalus formosus es una especie recientemente validada en el trabajo de Penneckamp et al. 2020, que corresponde a un arbusto perenne de 1,5 a 2 m de altura, ramificado y lignificado en la base. Endémica del centro norte, se distribuye entre Juan Soldado al norte de La Serena, Región Coquimbo y en el rango de Chañaral de Aceituno (ca. 29 ° 3’60.00 «S, 71 ° 29’0.00» W) en la Región de Atacama. Se instala sobre lugares rocosos en las terrazas litorales y configuran una delgada franja vegetal mesófita que Smiththüsen (1956) denominó «Región de las formaciones arbustivas y subarbustivas ricas en higrófitas primaverales del Norte Chico», siendo la más pequeña y singular de todas las que conforman su sistema de clasificación de la vegetación chilena. Trabajos fitosociológicos en la zona identifican la asociación vegetal Myrciantho-Bahietum (Ramírez et al. 1989) como la unidad dominante de estos ambientes, la que correspondería al matorral original, el cual se presenta hoy en día muy degradada como consecuencia de la sustitución de uso de suelo para casas de agrado, expansión de empresas, pastoreo y los incendios que aumentan en las fechas de mayor temperatura y menor pp.
Selkirkia limense corresponde a una hierba perenne, difusamente ramificado, decumbente a hierba ascendente, su tamaño supera los 60 cm de largo con tallo ligeramente pubescente con hojas oblanceoladas a elípticas, que se establece en bosques de Olivillo (Lapagerio – Aextoxiconetum) y matorrales de Quila (Fuchsio-Chusqueetum quilae, Corynabutilo-Chusqueeetum quilae) (Hildebrandt 1983, Ramírez et al. 2009). Esta unidad se caracteriza por ser una asociación típica del bosque Valdiviano, perennifolia, pluriestratificada y muy rica en especies, los cuales en algunas zonas del pacifico superan los 30 m de altura (Ramírez y San Martín 2005). Mientras que el matorral de Quila se desarrolla en las tierras bajas perturbadas cuando se reemplaza el bosque de Olivillo, especialmente en suelos húmedos a veces con anegamiento estacional o asociada marginalmente a cursos de agua (Ramírez y San Martín 2005, San Martín 2005). A pesar de ser una unidad vegetal extensa a lo largo del territorio cuenta actualmente con escasos puntos de colecta (11 ptos.) los que en muchos casos bordean los cien años de antigüedad (6 ptos.) no teniendo certeza de su presencia hoy en día en las localidades citadas (Las Viñas en Malleco, Reserva Nacional Quele cerca a Cauquenes, Fundo Las Palmas en Valdivia). No contando con más de 4 poblaciones conocidas hoy en día.
Vestia foetida corresponde a arbusto siempre verde de la familia de las Solanaceaes cercana al parqui (Cestrum parqui L’Hér.), la cual alcanza hasta los 3 m de alto (Riedemann et al. 2014). Posee hojas de color verde claro, alternas o fasciculadas, semicoriácea, de pecíolo corto, lanceoladas elípticas con la base atenuada y el ápice agudo. Flores solitarias, colgantes, de hasta 4 cm de longitud. El fruto corresponde a una cápsula de 2 a 3 cm de longitud, que puede contener numerosas semillas (Hoffmann 1997), de dispersión hidrocora (Villagrán et al. 1986) es difícil de propagar debido a su lenta germinación (Uribe et al. 2012). Se considera toxica para el ganado, por lo cual ha sido eliminada en algunos lugares para el pastoreo. Especie monoespecífica endémica del centro y centro-sur de Chile que forma parte bosque Laurifolio valdiviano, siendo una especie diferencial de los bosques de Olivillo (asociación vegetal: Lapagerio – Aextoxiconetum Vasquez 1994). La que a pesar de su amplia distribución sería más abundante a partir de la Región del Biobío al sur, situándose en los márgenes y claros de los bosques generalmente marginal a cursos de agua (San Martín 2005) u/o comunidad disclímax junto a especies forrajeras cuando se sustituye el bosque de olivillo (Neger 1897, Coliqueo 1983, Mora 1986). Resulta interesante la cita que menciona su presencia en sitios agrícolas (Baeza 1930) indicando posiblemente una estrategia de regeneración en formación de claros al interior de los bosques de olivillo, formando parte de la sucesión inicial de la comunidad Fuchsio-Chusqueetum quilae, Corynabutilo-Chusqueeetum quilae (Hildebrandt 1983, Ramírez et al. 2009).
Si bien la primera especie se encuentra en una unidad vegetal distinta a las dos siguientes, las tres comparten estar bajo algún grado de amenaza que aumenta su posibilidad de extinción. Teniendo como principal factor la presión antrópica que ha sustituido los hábitats para habilitar distintos usos (cultivos agrícolas, plantaciones forestales, minería, industrial, urbanismo, etc.) en favor del ser humano. Por ello es necesario concientizar del valor que nuestra flora posee desde el punto de vista botánico al ser especies endémicas de nuestro país y no encontrarse de modo natural en otra parte del mundo, siendo testigos de la historia natural de nuestra angosta y larga faja de tierra llamada Chile.