Usualmente cuando pensamos en la flora de Chile se nos viene a la cabeza la imagen del clásico copihue, una llamativa añañuca, un poderoso coigüe o una prehistórica araucaria. O también podemos pensar en términos de números, teniendo a las Viola, Adesmia, Leucheria o Senecio entre algunos de los géneros más diversos. Incluso, si pensamos en plantas menos vistosas se nos pueden venir a la cabeza las especies del género Chusquea o las múltiples especies de Juncus que habitan nuestra tierra. Sin embargo, difícilmente alguien asociaría la flora de Chile con los cárices. (¿los qué?). A pesar de ello, Chile concentra la mayor diversidad y endemismo de de este grupo de plantas en toda Sudamérica y los podemos encontrar en casi cualquier rincón del país. ¿Quieres conocer más sobre estas increíbles y desconocidas plantas?

Carex es un género de plantas de la familia Cyperaceae muy común en nuestro país. Si bien, en primera instancia puede no sonar familiar, probablemente te has topado con más de alguna especie paseando por algún humedal, bosque o montaña.
El género Carex, llamado comúnmente cárices, es un grupo de hierbas con un aspecto similar a un pasto, pero más robusto y rígido producto de la presencia de cristales de sílice en sus tejidos. Sus ásperas hojas no suelen pasar inadvertidas en los paseos a humedales y bosques. A simple vista pueden parecer un intermedio entre un pasto y un junco (aunque evolutivamente no sea así). Su morfología es simple: tiene espigas con flores femeninas y flores masculinas separadas, y hojas que, en la gran mayoría de los casos, salen de la base de la planta. Sus flores femeninas se encuentran encerradas por una hojita con forma de botella llamada utrículo. El utrículo envuelve completamente tanto a la flor como al fruto y le otorga protección y la capacidad de dispersión. ¡Esta estructura es única en todo el reino Plantae!

Ecológicamente, suelen encontrarse asociadas a sitios húmedos como bordes de lagunas, esteros, turberas o vegas. Mientras más húmedo sea el sitio, más probable será encontrar alguna especie de Carex. Estas plantas se encuentran presentes en todo el mundo, casi siempre en sitios fríos y húmedos.
Es un género con muchísimas especies a nivel global y se ubica entre los géneros con mayor diversidad de todo el mundo. Esta enorme diversidad se agrupa en consorcios de especies, de un origen evolutivo común y con cierta afinidad morfológica. En taxonomía estos “consorcios” corresponden a la categoría de Subgénero, que ordenan la amplia diversidad de grupos numerosos como Carex en unidades un poco más manejables. Esto permite tener una noción más ordenada de como la morfología varía a lo largo de cada uno de los linajes que han evolucionado en la historia del género, y de esta forma hacer su estudio menos engorroso. Dentro de Carex se han reconocido formalmente 6 subgéneros, siendo algunos igual o más ricos en especies que muchos géneros de plantas vasculares. Producto de esto, cada subgénero es particionado aún más en Secciones, que también cumplen el rol de ordenar la enorme diversidad de especies en grupos de un origen evolutivo común y una morfología algo más cohesiva.
En la flora de Chile, el género Carex se encuentra muy bien representado. Según el Catálogo de las Plantas Vasculares de Chile (Rodríguez et al., 2018) tiene 84 especies y se posiciona como el tercer género más diverso, tras Senecio y Adesmia, aunque realmente, su diversidad actual es mayor y está representada por 91 o más especies. 5 de los 6 subgéneros de Carex están presentes en Chile, siendo los más numerosos los subgéneros Carex, Uncinia, Vignea y Psyllophorae. Su distribución en el país refleja su carácter frío y húmedo: mientras más al sur mayor es la riqueza de especies, aunque alcanza un peak entre la región de La Araucanía y Los Lagos y disminuye hacia la región de Magallanes. Por su parte, el archipiélago de Juan Fernández también resguarda algunas especies, siendo la mayoría endémicas de allí.

La amplia variación morfológica que exhibe el género se refleja en subgéneros de aspecto muy distinto entre sí. El subgénero Carex es lo primero a lo que cualquier botánicx amateur asocia al género Carex: un tallo rígido, mediano o grande, con algunas hojas caulinares y con varias espigas laterales bien definidas, de forma cilíndrica y con una espiga solitaria en el ápice que usualmente lleva solo flores masculinas. Es el grupo con más especies dentro de Chile y el mejor conocido. Incluye especies comunes, de amplia distribución y que usualmente crecen en bordes de esteros, lagunas y en humedales de todo tipo. El subgénero Vignea, por su parte, es bastante más diferente. Sus especies suelen ser de tamaño pequeño y siempre tienen hojas basales. Sus espigas son muy compactas y se aglomeran entre sí, formando una cabezuela terminal con aspecto de cogollo. Suelen crecer en suelos saturados de agua tal como en vegas andinas o humedales estacionales.

El subgénero Uncinia es probablemente el más carismático y el más difícil de ignorar. Estas especies, conocidas popularmente como “quinquín” en Chile, pertenecen a la sección Uncinia (¿recuerdan? Subgénero à Sección) y eran hasta hace poco consideradas como un género independiente de Carex…no es extraño averiguar por qué: su morfología caracterizada por una única espiga terminal y por tener utrículos con ganchitos las distinguen enormemente de cualquier otro grupo de Carex. Estos ganchitos son muy notorios y es difícil visitar un bosque en el sur de Chile sin llevarse unos cuantos colgando en la ropa o en el pelo. Este grupo de especies probablemente se originó en Sudamérica y concentra su núcleo de diversidad en el continente dentro de los bosques templados de Chile.

El cuarto subgénero es el subgénero Psyllophorae, que en Chile está representado por una única sección: la sección Junciformes. Este linaje es de origen andino, y al igual que la sección Uncinia, concentra en Chile su mayor diversidad en Sudamérica. Su nombre es bastante descriptivo ya que tienen un aspecto rígido, tieso y liso, similar a un junco. A diferencia del resto de especies en Chile, a los Junciformes no les importa tanto la humedad, y muchas de sus especies crecen en lugares áridos como la alta montaña o el matorral esclerófilo.
La gran diversidad morfológica y de especies que Carex tiene en Chile es asombrosa y llama la atención a cualquier persona interesada en las plantas. ¿Cómo es posible que un grupo de plantas tan poco llamativo a simple vista pueda poseer tantas especies tan diferentes entre sí? La evolución del género y su historia biogeográfica es de las más fascinantes que hay entre todas las plantas. Aun así, dentro de Chile se le ha prestado poca atención y hasta hace poco, eran escasos los trabajos dedicados a estas plantas. La diversidad de Carex en Chile no es tan clara como en otros géneros, y especies nuevas aún siguen siendo descritas. A medida que se realicen más estudios enfocados en estas hermosas hierbas, nuevos aspectos sobre su ecología, historia natural y conservación serán revelados.
Escrito por Paulo Muñoz Schüler; Rizoma, Herbario CONC.