Alimentario. El endocarpio del fruto es comestible, crudo o cocido, de sabor dulce y agradable. Este se cuece lentamente para convertirse en un dulce espeso, que recibe el nombre de arrope de algarrobo. Además, puede fermentarse para elaborar chicha, vinagre y aloja de algarrobo. La harina obtenida de las semillas sirve como complemento en la formulación de alimentos para humanos y ganado, debido a su alto valor proteico y aminoacídico.
Combustible. Su leña es de muy buena calidad. Enciende fácilmente y posee un alto valor calorífico. Además, produce brasas duraderas y genera poca ceniza, motivo por el cual también se utiliza como carbón.
Forrajero. Tanto los frutos como las hojas tiernas son utilizadas para alimentar al ganado.
Maderero. La madera del algarrobo es densa y muy duradera. Tradicionalmente se ha utilizado para la fabricación de puertas, pisos de parqué, muebles y toneles de vino. Es bastante resistente a la humedad y la pudrición.
Medicinal. Con los frutos se prepara un emplasto que sirve para cicatrizar heridas y disminuir hematomas. El endocarpio del fruto sirve para tratar afecciones del corazón. Las semillas en tisana tienen efecto diurético. La resina, empleada en pequeñas cantidades, se usa para curar afecciones bronquiales y pulmonares. También se usa como enjuague para la boca y para fortalecer la dentadura.
Tintóreo. De sus raíces pueden obtenerse tintes negros, grises, pardos y castaños pálidos, debido a la oxidación del ácido algarrobitánico que contienen. La corteza también es útil para este propósito.
Otros. La resina se utiliza como sustituto de la goma arábiga.