Mágico-ritual. Tradicionalmente se plantaba en las esquinas de las casas para protegerlas contra todo mal. Las personas lo cuidaban con mucho cariño y de vez en cuando pedían diferentes favores o mandados y el latúe los cumplía, ya que tiene la queidad de escuchar. No obstante, hay que ofrendar harina tostada y muday para alimentarlo y agradecer sus bondades. Para la buena suerte, se coloca una hoja o trocito de corteza en la billetera o entre las páginas de un libro. Para evitar los robos, se riega el agua de las hojas alrededor de la casa. Entre otras cualidades, cura daños, brinda prosperidad a las familias, propicia buenas siembras y cosechas, y cura el mal de amores. La infusión de la planta se utiliza tanto para hacer el bien, como para hacer el mal, lo que dependerá de la intención que tenga la persona.
Medicinal. Con las ramas se prepara un baño tibio que alivia dolores reumáticos y calambres. La infusión de una mitad de hoja se usa como febrífugo para niños. Es afrodisíaco.
Psicotrópico. El latúe es una especie alucinógena. Suele usarse con respeto y recelo, ya que se cree que es un vehículo para tener conexión con el otro mundo. Es una planta altamente venenosa y si se utiliza una dosis inadecuada puede causar muerte o locura. Sin embargo, existen algunos antídotos caseros para contrarrestarlo, como la yerba mora (Solanum nigrum) y el culle (Oxalis sp.).
Otros. El zumo de la planta se utiliza para aletargar a los peces y que su captura resulte más sencilla.