Alimentario. Los frutos, comúnmente llamados calafates, tienen un sabor acidulado y se consumen frescos o en distintas preparaciones de repostería. Con ellos se elaboran jaleas, dulces, refrescos, jarabes y compotas, mezclando los frutos con azúcar. También se elabora una bebida a base de aguardiente. En la antigüedad se preparaba una chicha fermentando las bayas.
Combustible. La planta se usa como leña.
Medicinal. Es una especie alta en antioxidantes. Entre sus compuestos posee varios alcaloides, principalmente berberidina y oxicantina, los que tienen propiedades antibacteriales y antivirales naturales. Los frutos poseen propiedades antipiréticas, febrífugas, analgésicas, astringentes y ligeramente purgantes. Las espinas de las ramas sirven para aliviar dolores de muela.
Psicotrópico. La corteza se fuma para alcanzar un estado de trance.
Tintóreo. Las raíces y tallos se utilizan para obtener un tinte de color amarillo.
Otros. La madera se utilizaba para fabricar astiles de cacería por los selk’nam.