Medicinal. Tradicionalmente se ha utilizado como antihemorrágico, para expulsar la placenta después del parto y para evitar cólicos uterinos. La infusión de su raíz se usa como emenagogo, para tratar la amenorrea y para provocar contracciones uterinas. A pesar de que su uso ha perdurado en el tiempo, su alta concentración de ácidos aritolóquicos la convierte en una planta de alto riesgo para la salud, ya que estos son genotóxicos, mutagénicos y nefrotóxicos. No se debe utilizar como planta medicinal.